La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la edad adulta, caracterizada por grandes cambios físicos y psicológicos, que también afectan la alimentación.
Debido a esto, alrededor de la adolescencia, aparecen inquietudes como: ¿hay algún tipo de necesidades especiales?, ¿suele haber un cambio de hábitos alimentarios?, ¿qué podemos hacer para asegurar una alimentación saludable en la adolescencia?
NECESIDADES NUTRICIONALES EN LA ADOLESCENCIA
Se trata de una etapa de la vida de un gran crecimiento, por lo que los adolescentes presentan unas necesidades nutricionales específicas. Es muy importante individualizarlas en función del sexo, la actividad física y del momento madurativo en el que se encuentra el adolescente.
Podemos decir de forma general, que durante la adolescencia hay un aumento en las necesidades energéticas, proteicas y de algunos micronutrientes como el calcio, el hierro y ciertas vitaminas.
ERRORES FRECUENTES EN LA ALIMENTACIÓN DE LOS ADOLESCENTES
Durante la adolescencia se produce un proceso de búsqueda de la propia identidad, por lo que los jóvenes tienden a cuestionar e incluso no aceptar los valores existentes en diferentes aspectos de la vida, incluida la alimentación.
En este sentido, los medios de comunicación, la moda y sus amistades tienen una gran influencia en sus hábitos, también dietéticos. Por este motivo, se convierten en una población muy vulnerable, ya que pueden llevar a cabo conductas de riesgo.
Los horarios de escuela, el contraturno, las clases de educación física, ingles ……., son circunstancias que alejan a los adolescentes de la rutina de comida familiar. Estas modificaciones horarias pueden ocasionar que los adolescentes estén solos durante las comidas principales, lo que provoca la desestructuración de su alimentación, ya que tienen tendencia a saltarse comidas, como por ejemplo el desayuno.
Al llegar a casa, si tienen que prepararse ellos mismos la comida o no les gusta los que les han dejado preparado, acaban comiendo cualquier cosa.
Por otro lado, los adolescentes también suelen tener el hábito de picar entre horas, optando especialmente por snacks ricos en azúcares, sal y grasas poco saludables, como papas fritas, panificados, dulces, bebidas azucaradas, etc. Al mismo tiempo, al tener más momentos de independencia, suelen empezar a realizar más comidas fuera de casa solos. En estos momentos tienen total libertad a la hora de escoger entre todas las opciones disponibles, que generalmente se basan en establecimientos de comida rápida, donde las opciones saludables lucen por su ausencia.
Otro aspecto importante es el consumo de alcohol, especialmente durante los fines de semana. El consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas tiene efectos nocivos para la salud y el estado psico-social (fracaso escolar, depresión, ansiedad entre otros).
Finalmente, y no por eso menos importante, hay que tener en cuenta el aumento de la incidencia de los trastornos de conducta alimentaria, en la población femenina y masculina, siendo los más frecuentes la anorexia y la bulimia nerviosa.
¿QUE PODEMOS HACER PARA ASEGURAR UNA ALIMENTACIÓN SALUDABLE EN LA ADOLESCENCIA?
Aunque durante la adolescencia puedan presentarse ciertas modificaciones en la alimentación, no quiere decir que no podamos intentar promover buenos hábitos alimentarios, te dejamos algunos consejos:
Hacer partícipes a los adolescentes en la toma de decisiones, también en cuanto a la alimentación. Darles voz para que puedan dar su opinión, aportar ideas a la hora de diseñar el menú familiar, la compra, etc. Hace que se sientan escuchados y esto puede conseguir que tengan más interés al respecto.
Buscar opciones o alternativas saludables que sean originales y atractivas. Los adolescentes tienen intereses diferentes a los más pequeños, por lo que es importante renovar el abanico de opciones para captar su atención.
Hacer accesible una gran variedad de alimentos saludables para que puedan escoger opciones que les gusten y sean saludables.
Explicar por qué en casa hay unas opciones y no otras, sin intentar imponernos o prohibir. Como siempre hemos defendido, no debemos premiar, castigar ni forzar con la alimentación, ya que es totalmente contraproducente.
Predicar con el ejemplo, tiene que seguir siendo una prioridad en el día a día, aunque
parezca que la opción de los padres tenga menos influencia que en edades más tempranas.
Finalmente, queremos aprovechar la ocasión para hacer hincapié en la necesidad de regular el marketing tan agresivo que rodea muchos productos ultraprocesados que tienen como población objetivo niños y adolescentes, incluyendo también la publicidad realizada mediante personajes públicos como deportistas, actores, cantantes, influencers, etc., que son sus referentes y que deberían, al contrario de lo que suele ocurrir, promover un estilo de vida saludable entre los jóvenes.
Comments