La Osteoporosis se define como una enfermedad caracterizada por una baja de la densidad mineral del hueso y por un deterioro del tejido óseo, que conlleva un aumento de la fragilidad del hueso hasta el punto de no poder soportar las tensiones normales, con el consecuente aumento del riesgo de fractura. La Osteopenia es un estado anterior a la enfermedad de la osteoporosis que se caracteriza por una pérdida de masa ósea en cualquier etapa de la vida.
La osteoporosis es una enfermedad de los huesos, más importante y frecuente, la probabilidad de que una mujer de 50 años tenga una fractura relacionada con la osteoporosis durante el resto de su vida es del 50%. La proporción de hombres que desarrollan osteoporosis es menor que la de mujeres.
TIPOS DE OSTEOPOROSIS
Tipo I. Osteoporosis posmenopáusica o por deficiencia de estrógenos.
Se produce por el déficit en la producción de estrógenos que sucede durante la menopausia. En mujeres jóvenes, las hormonas sexuales femeninas, los estrógenos, tienen un efecto inhibidor sobre la reabsorción del hueso, es decir, consiguen disminuir la pérdida de hueso que se produce cuando el calcio en sangre disminuye. La falta de estrógenos produce una pérdida de hueso acelerada del 2-3% al año, este ritmo acelerado se mantiene de 5 a 10 años después de la menopausia y después disminuye gradualmente.
Es importante saber que cualquier situación que interrumpa la menstruación en la mujer, conlleva una pérdida de densidad ósea. Este tipo de osteoporosis se puede dar en los hombres si se produce una disminución de la producción de andrógenos, pero esta situación es rara.
Tipo II. Osteoporosis secundaria
Producida por fármacos o enfermedades que provocan pérdida de tejido óseo.
Osteoporosis relacionada con la edad
Ocurre alrededor de los 70 años y hacia adelante, afecta a hombres y mujeres. Se produce porque se desajustan los procesos de destrucción y formación de hueso. Esto da como consecuencia el aumento de fracturas de caderas y aplastamiento de vértebras, produciendo dolor de espalda, pérdida de talla, deformidad de columna y cifosis (joroba).
¿COMO MEJORAR LA SALUD OSEA CON BUENOS HABITOS ALIMENTICIOS?
Tanto el calcio como el fósforo y la vitamina D son esenciales para el desarrollo estructural y funcional del hueso, aunque otros nutrientes como el magnesio, la vitamina K y el zinc desempeñan funciones indispensables en su formación. El consumo de nutrientes que ayuden a mantener la salud ósea es importante a lo largo de toda la vida, en la edad adulta y en el periodo inicial de crecimiento.
La ingesta recomendada de calcio al día varía con la edad, a partir de 11 años y hasta los 19 años, se recomienda una ingesta de 1300mg/día. Para adultos la recomendación de ingesta diaria son 1000 mg/día. Para cubrir las necesidades de calcio se recomienda que sea a través de alimentos, no suplementos, porque éstos llevan otros nutrientes esenciales. La biodisponibilidad del calcio es mayor si forma parte de los alimentos, por ejemplo, la lactosa y la proteína láctea ayudan a mejorar su absorción.
Actualmente el consumo de lácteos no está de moda, las razones que alientan a abandonar el consumo son variadas y en la mayoría de casos injustificadas. El hecho es que, en términos de evolución humana, el consumo de productos lácteos mejoró la salud y la supervivencia de aquellos individuos que podían consumir leche y productos lácteos fermentados.
Hoy en día existen productos enriquecidos que también aportan calcio. La planificación dietética cuando no se consumen lácteos debe ser cuidadosa para llegar a ingestas adecuadas para mantener la salud ósea.
Alimentos que aportan calcio
Lácteos (leche, yogur y queso, todos descremados) - Legumbres (garbanzos y porotos) - Frutos secos y semillas (almendras, sésamo, nueces, avellanas) - Pescados (sardinas en lata con espinas) - Frutas y Verduras (acelga, brócoli, repollo, habas, berros, espinacas, naranja, higos secos) - Cereales en grano (amaranto, harina de trigo integral) - Alimentos que pueden estar enriquecidos en calcio.
Ingesta de fósforo
La ingesta de Ca/P (calcio/fosforo) debe tener una relación 1:1, la cantidad de alimentos ricos en Ca son pocos, mientras que los fosfatos están en una cantidad suficiente e incluso elevada si nuestra dieta contiene muchos alimentos preparados, porque las sales de fósforo se utilizan como las bebidas de cola carbonatadas aportan elevadas cantidades de fósforo y están asociadas a menores densidades óseas. Una cantidad excesiva de fosfatos reduce el calcio iónico (el calcio libre) lo que puede favorecer, si este patrón de ingesta se hace crónico, la pérdida de masa ósea.
Ingesta de Vitamina K
La vitamina K interviene en la salud del hueso. En personas adultas mayor puede estar indicada incluso la suplementación a dosis bajas, puesto que mejora la salud ósea y reduce las fracturas. Fuentes de vitamina K son: Verduras de hoja verde oscura (espinacas, acelgas) coles, espárragos.
¿De dónde viene la vitamina D?
La vitamina D se sintetiza cuando el sol nos da en la piel. En los meses de invierno, en países lejanos al ecuador puede aumentar la incidencia de osteoporosis por menos exposición a la luz solar. En personas adultas mayor esta síntesis está disminuida, además tienen riesgo de tener menor exposición al sol y esto agrava la pérdida de hueso.
Alimentos que aportan Vitamina D: Leche y derivados, huevo, pescados, alimentos enriquecidos.
Hábitos negativos para la salud ósea
El alcohol y la cafeína en cantidades elevadas, fumar y el sedentarismo son hábitos negativos que favorecen la pérdida de masa ósea.
LA IMPORTANCIA DE LA ACTIVIDAD FISICA
Si la actividad física se combina con una ingesta adecuada de calcio en edades tempranas en la infancia y adolescencia, esta combinación ejerce una función importante en el sostenimiento del desarrollo y en el mantenimiento posterior del hueso en etapas posteriores de la vida. A partir de los 40 años es importante mantener un nivel de actividad física que promueva una buena salud ósea y contrarreste los efectos negativos del desajuste en los mecanismos de regulación del balance del calcio corporal y muy especialmente en mujeres la pérdida de estrógenos. Cuando la salud no permite ejercicio intenso, podemos caminar, a ritmo ágil y dinámico.
CONCLUSIONES
Es importante tener una ingesta mínima de 3 raciones de lácteos al día (leche, queso y yogurt, todos descremados) junto con un correcto aporte de frutas y verduras. Asegurar un buen aporte dietético o síntesis en nuestro cuerpo por exposición al sol de vitamina D, es fundamental para lograr una mejor absorción del calcio de la dieta. La actividad física es fundamental para tener y mantener una buena calcificación ósea.
Si la dieta no incorpora suficientes cantidades de estos micronutrientes, minerales y vitaminas que intervienen en la salud de nuestros huesos, ya desde la juventud, y a lo largo de nuestra vida, seremos más propensos a fracturas en la edad adulta y en la vejez. La suplementación es útil en casos de ingesta crónica inadecuada, en la menopausia y posmenopausia, en la vejez y siempre que la salud ósea esté comprometida y el aporte dietético no sea suficiente.
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