¿Quién no ha empezado una dieta y se ha sentido mal durante la primer semana?. Si decidiste dejar las harinas, azucares y grasas, empezar a comer más saludable, incorporar frutas, verduras, más fibra en tu dieta, es posible que tengas dolores de cabeza, más sueño, estés más cansado, irritado o que te enojes por todo y con todos …… Todo esto pasa generalmente en la primer semana, lo cierto que cuando se pasa el umbral de la segunda semana de dieta, las cosas empiezan a cambiar y te sentís mejor, pero los primeros días… pueden ser insufribles.
Al empezar una dieta es probable que pases por el síndrome de abstinencia, podes sufrir gases, hinchazón y dolor de estómago. Si estabas acostumbrado a los alimentos con azúcar, cuando ese nivel empieza a disminuir en sangre, experimentarás sensaciones de cansancio que harán que tu mente sólo piense en chocolate… ¡y tendrás que sacar toda tu fuerza de voluntad!
Al incorporar alimentos y hábitos más saludables nuestro organismo inicia un proceso de regeneración, expulsando todo aquello que le perjudica. El cuerpo no se equivoca, siempre dice la verdad, somos nosotros que no lo entendemos.
Cuando el alimento ingerido es de calidad superior a la de los tejidos, la propia inteligencia del cuerpo empieza a reemplazar el tejido actual por uno nuevo y más sano.
Los síntomas incómodos no son más que la acción purificadora del organismo, lo que busca el cuerpo es reemplazar viejas células y tejidos por nuevos de mayor calidad. Por tanto, estos síntomas deben ser vistos como buenos, ya que nuestro cuerpo se está limpiando y mejorando.
En el momento que empezás a comer más sano, tu cuerpo desprenderá la energía de una forma mas lenta y sostenida durante el día (algo mucho mejor para ti), porque no estará recibiendo esa dosis alta de energía rápida que da el azúcar. Por eso te sentís cansado y con dolores de cabeza… ¡tú puedes resistirlo!
TE DEJAMOS UN PAR DE CONSEJOS PARA QUE EMPIECES CON EL PIDE DERECHO
No restrinjas demasiado las calorías. Si pasas demasiado tiempo entre una comida y comida, o si comes a intervalos irregulares, se produce un descenso en los niveles de azúcar en sangre. Esto desencadena una serie de procesos químicos cerebrales que puede producir dolor de cabeza. Para calmar este dolor, lo único que tenes que hacer es comer, podes evitarlo comiendo cada 2 o 3 horas.
Mantenerte hidratado. Si no bebes lo suficiente sufrirás dolores de cabeza, por lo que es muy importante mantenerte bien hidratado. En caso de que te agarre un fuerte dolor cabeza, proba tomar un vaso de agua para comprobar que no se debe a la deshidratación.
Entrena a un ritmo razonable. En ocasiones, cuando practicamos actividad física a un ritmo extremo podemos experimentar dolor de cabeza. Esto se debe a los cambios en los vasos sanguíneos del cerebro, evítalo entrenando a un ritmo razonable.
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